El gran problema que ha tenido el Perú en los últimos 80 años era el de sus políticas erráticas. En los últimos 50 años, en Latinoamérica, el país cuyo PBI per cápita creció menos fue el Perú; pero en los últimos 20 años, es el primero, o sea, algo hemos hecho bien en los últimos años. No tiene que ser un modelo estático en el tiempo. Lo importante ahora es seguir con el modelo, pero perfeccionándolo.Hay zonas y niveles socioeconómicos a los que el sistema de mercado no llega porque hay mala infraestructura y niveles de pobreza muy grandes. Es ahí donde el modelo de mercado se demora tanto en llegar que se tienen que usar los recursos que genera ese mismo modelo para llegar más rápido, a través de políticas sociales adecuadas. No hemos sido capaces —ni este Gobierno, ni el anterior, ni el de hace 20 años— de hacer que esas políticas vayan al mismo paso al que ha ido la economía de mercado. Ese es el gran reto pendiente. Hay dos cosas a tomar en cuenta: cuánto Estado hay en el interior del país y de qué calidad es, para generar confianza en la población. El Estado tiene mucho más presencia en los campos de la educación y la salud que en la parte productiva. Por eso hay que descentralizar y pedir mayor presencia del Estado en la labor reguladora y promotora de la inversión privada y la creación de empleo. Además, tiene que mediar entre los intereses del sector privado y las comunidades. Para que el Perú sea competitivo requiere recursos humanos calificados y si no se invierte en ciencia y tecnología, no se van a formar los cuadros que necesitamos en campos como la ingeniería, la química o la genética. Lo grave es que esta desventaja significa mayores costos porque se tiene que importar tanto a las personas calificadas como la tecnología que otros países producen. El segundo problema es que mientras no tengamos recursos humanos calificados hay poco valor agregado que se añade a nuestros recursos y, por lo tanto, seguimos exportando materias primas. Eso se refleja en un lento crecimiento del PBI, por lo que tampoco hay recursos para que el Estado cumpla funciones como invertir en educación.
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